La villa ducal y teresiana de Alba de Tormes dista menos de 20 kilómetros de la ciudad de Salamanca. Su casco urbano, declarado Conjunto Histórico Artístico, está situado sobre un promontorio que domina una fértil vega a orillas del Tormes.
Es una villa cargada de historia. Además de ser conocida por albergar las reliquias de Santa Teresa, quien falleció en esta ciudad en 1.582, es la cuna de una de las más ilustres dinastías de la nobleza española: la Casa de Alba. Debido a la presencia de tan importante linaje, la ciudad fue visitada por la flor y nata de la cultura española.
La huella más profunda del paso de Teresa de Jesús se encuentra en el Convento de la Anunciación, de las Madres Carmelitas, fundado en 1571, con elementos renacentistas y neoclásicos. Es el lugar donde se conservan las reliquias de la Santa. Hasta aquí acuden anualmente miles de peregrinos para contemplar su sepulcro y orar ante el corazón y el brazo incorrupto de la Doctora de la Iglesia.
Resulta obligada la visita al anexo Museo Carmelitano Carmus que alberga un rico patrimonio artístico y espiritual, incluyendo las reliquias de Santa Teresa.
Es recomendable iniciar la visita en el castillo ducal de la Casa de Alba, para descender al centro de la villa, un espacio sembrado de conventos, iglesias y otros rincones que merece la pena disfrutar con calma.
El paseo continua hasta alcanzar la plaza Mayor, eje central de la ruta y testigo de los quehaceres cotidianos de la localidad. Desde allí se llega al parque de El Espolón, una magnífica atalaya que desvela el origen de la población y la posición estratégica en que la convirtió el paso del Tormes.